Una etapa corta porque quería aprovechar para hacer dos paradas en el camino de Brignoles a Génova. Me apetecía porque eran, a priori, dos lugares con mar y en los que un buen café y un baso de agua, ayudan a desconectar de todo.
La salida fue a las ocho, así que desayunando estaba a las siete de la mañana. Es increíble porque estoy madrugando mucho más que cuando voy al trabajo. Claro que ahora, a las cuatro aproximadamente es cuando finalizan mis etapas y comienza mi descanso. El desayuno bien… unas tostadas, queso, jamón, yoghurt y café con leche. Y se me olvidaba: una manzana. Nada a destacar…
La ruta tenía los paradas: Cannes y Mónaco.
Cannes
Consigo llegar a Cannes y no me defraudó, aunque me resulto chocante el contraste entre la playa pública:
Y las zonas reservadas de los hoteles de lujo, algo más vacías…
Y como siempre me pasa algo, resulta que el paseo del Boulevard es como el tartán de las pistas de atletismo, y al aparcar la Guzzi, ¡se hundió literalmente! Casi se me cae y no sabía por qué. ¿Se me estaban reblandeciendo los hierros con el calor? Pues no, era el maldito que es de goma. En fin, busqué un aparcamiento digno:
Os dejo algunas fotos, que ya comentaré en otro momento porque tengo sueño…
Después de tomar un buen café y agua, ¡¡¡a por Mónaco!!!
Mónaco
No hice fotos, sudé mucho, cientos de personas andando sin saber a dónde, atascos kilométricos y eso que es infinitamente pequeño, miles de scooters, etc… Un caos de ciudad. Tanto es así que ya me ha quedado claro lo que hace el marketing. No se lo recomiendo a NADIE. Entrar es una locura, pero es que salir… es pero todavía. Así que no esperéis fotos… Si lo sé, no voy.
Genova
Me temía lo mismo que con Mónaco. Después de hacer kilómetros en una autopista sin arcenes y con curvas de sesenta en algunos tramos, después de entrar en un verdadero scalextric al entrar en Génova, llevé al Hotel. Raro, raro… pero raro, raro. Hasta se llamaba Brignole. ¿Os suena de algo? Mañana pondré alguna foto. Genovés, al fin y al cabo. Pues como decía, una ciudad preciosa y recomendable para pasear. Como el Hotel estaba en pleno centro, he podido andar haciendo fotos y oliendo el aroma de una ciudad con encanto e historia. Una ciudad en la que te sumerges en aquellas historias de carabelas y grandes descubrimientos. En otra ocasión, me explayo más porque vale la pena. Ahora unas fotos.
Me recomendaron un pueblo que ver cerca de Génova, pero no me dio tiempo… Otra vez será!