Estando en el hotel comencé a mirar dónde podría hacer mi siguiente etapa. La costa de Italia se me hacía cuesta arriba por el calor y porque además, ya en mis anteriores viajes vi lo que más me apetecía conocer. Así que me decidí por acercarme un poco a Austria que era mi destino final.

Turín me pareció una buena opción, así que con booking en mano comencé a buscar hotel. Alguno que tuviera aire acondicionado y tuviera cierto encanto puesto que iba a ser solamente una estancia de paso. Encontré el Dogana Vecchia, un hotel antiguo en pleno centro y con parking para dejar la moto.

Poco tiempo tuve de ver Torino porque llegué bastante adentrada la noche y lo único que quería era darme una buena ducha, poner el aire acondicionado de la habitación y descansar.

EL Hotel os lo recomiendo si queréis vivir un poco de momento «pintoresco» en Torino. Todo es como si estuvieras en año 1700 y no es broma. Al darme un paseo por el hotel descubrí toda una planta dedica a Mozart. Pude ver y conocer algo de historia del hotel y de cuando se alojaba tan ilustre personaje allí. Una sorpresa la verdad porque cuando vas a un Hotel de paso siempre piensas que será un rato sin nada especial a destacar, pero en este caso no fue así.

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Planta dedicada a Mozart

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Ambientación de la época

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Debajo de la rejilla hay hasta unas ruinas. Lástima no poder bajar a verlo.