Solamente quedan 20 días hasta el día de la salida de mi viaje en moto por Europa. El destino es Rumanía partiendo de Madrid, aunque no tengo ningún itinerario claro que hacer. En realidad el objetivo final del viaje es disfrutar de la pura esencia de ir en moto. Quizás por ello, me he decidido a ir en una clásica donde las haya: una Moto Guzzi 1000SP. Para lo que entiendan más de motos, realmente hubiera preferido una V7 del 68, pero como no he encontrado nada que restaurar en condiciones, me he decantado por aquella 1000SP que me traje en una furgoneta de Barcelona hará unos cuatro años.
Vista la improvisación del viaje, podréis imaginar que tampoco tengo ni reservas hechas ni etapas establecidas. Solamente tengo dos paradas, que intentaré hacer: visitar Munich y recoger un cuadro. ¿Raro verdad? Bueno… todo será relatado en su justo momento.
Mañana voy a recoger la Guzzi después de haber estado durante bastante tiempo en el Taller de Mauro, un tipo excelente, que además de mecánico es un amante de las motos y de la moto. Con los años, aquellos que mantenemos la pasión de la moto, nos vamos encontrando. De alguna forma, la vida va poniendo a prueba a los moteros, de la misma forma que lo hace con los amigos.
Ahora me toca terminar de preparar las maletas este fin de semana, toda la documentación, herramientas, recambios de emergencia, botiquín, alguna compra de última hora y renovar el pasaporte por si acaso perdiera parte de la documentación.
En fin… vuelvo a mis folletos de viaje porque, aunque no tengo rumbo fijo, sí me gusta ver los lugares por los que pasaré.